Canto del autillo enamorado
En el aire, suena un seseo. Él se
viene y él se va, igualito a las olas de sal. Persiste y aumenta. Es más, me
rodea, pues no es el seseo de la espuma de mar que arriba a descansar, sino el
de los mosquitos que salieron de sus dunas a bailar y beber sin parar. Nos
vamos corriendo, me despido del cielo cian.
Cuando avanza la noche, un verso
enamorado atraviesa el espacio lunar, se repite sin fallar. Tiene letras
secretas, escritas con una tinta metal. Al ulular de sus notas, el silencio se carga
con perfume y veneno, como el amor que se da. Añado una luz. A los gecónidos, ayuda
a cazar. Llegan polillas, moscas, hormigas, mantis, escarabajos, mirmeleóntidos…
todos a llenarse el paladar. Los gatos maúllan. De fondo, otro rapaz avisa con
su grito letal. Y mientras, el autillo del árbol, a componer y a llorar.
mofred
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